La presidenta de Adabi, doctora María Isabel Grañén Porrúa, ingresó como miembro de número a la Academia Mexicana de la Historia como académica corresponsal en Oaxaca, para lo cual presentó el discurso “Entre textos y textiles, otra mirada desde la Academia”. La bienvenida estuvo a cargo del presidente de la Academia, Javier Garcíadiego, quien mencionó que en la asamblea ordinaria de febrero del 2023, por unanimidad, se decidió el ingreso de la doctora Grañén a dicha institución.
Después de las entrañables dedicatorias, la nueva integrante de la Academia cumplimentó a la institución por su esfuerzo en la profesionalización de los historiadores, así como la inclusión de los gestores culturales, una mayor representatividad de las mujeres y la descentralización. La doctora Grañén se asumió tanto como historiadora del arte como por rescatadora de la memoria, por lo que dedicó sus líneas, a sugerencia de otros miembros de la Academia, a compartir sus experiencias en Oaxaca, en donde cada una de ellas conformó la trama y la urdimbre de su discurso de ingreso. Tejer como escribir, voces en la urdimbre, florecer en el tapiz, bordando el camino, enramar el nido, hilos de tinta, tejer sueños de palabras, puntada que hila al tiempo, palabras entretejidas con las estrellas, trenzar las historias sagradas, memoria entretejida fueron las piezas de la composición de este lienzo discursivo que presentó a grandes rasgos, ante propios y extraños los proyectos del rescate de la hoy Biblioteca Fray Francisco de Burgoa, la restauración del ex convento de Santo Domingo, su trayectoria en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca Yago, la creación del Museo de la Numismática, la Biblioteca Juan de Córdoba, Adabi, la BS, el Salón de la Fama del Béisbol, el proyecto de las bibliotecas móviles, la restauración de bienes muebles e inmuebles, la recuperación de lo que hoy es el Complejo Cultural San Pablo, el rescate de idiomas oaxaqueños, la labor del Museo Textil de Oaxaca y en particular el proyecto Huipiles contemporáneos para Malitzin, el museo Diablos y la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca en su conjunto. La tarea emprendida por la presidenta de Adabi para lograr resumir su labor de décadas en tan solo unos minutos, podría equipararse a explicar la historia de Oaxaca en una hora; los hitos de esa historia marcados por la doctora Grañén Porrúa entretejieron a la par la historia local, institucional, su historia personal y por lo tanto, su historia familiar, lo que hizo que el discurso fuera altamente entrañable, ya que, durante toda su trayectoria académica y como generadora y catalizadora de proyectos, la pasión y el amor han sido una constante.
Para responder el discurso se presentó el doctor Rodrigo Martinez Baracs, académico de número, sillón 2 de la Academia, quien se dijo impresionado por la tarea y obra histórica llevada a cabo por la recién ingresada, así como por la gran cantidad de ámbitos que abarca. Hizo un paralelismo con Joaquín García Icazbalceta, filántropo que entre sus méritos estuvo en repatriar muchos documentos y libros antiguos mexicanos, además de tener una obra sobre libros antiguos bastante renombrada. Para el académico del sillón 2, María Isabel Grañén y Alfredo Harp tienen una “máquina de hacer historia” en Oaxaca. La clave para entender esto, mencionó Martínez Baracs fue la educación y el ambiente en el que creció la doctora Grañén, que transcurrió entre joyas bibliográficas, lo que generó a su vez su vocación de historiadora del arte y a llevarla a tener la certeza del “poder redentor y salvador del arte”. Tras complementar la información de diferentes proyectos ya citados en “Enter textos y textiles”, terminó su alocución mencionando la dificultad de hacer justicia a la obra realizada por la doctora Grañén que no deja de crecer.
El presidente de la Academia Mexicana de la Historia, dirigió a los presentes las palabras postreras del evento que reflejan en cuatro puntos la importancia de la presencia de la nueva integrante de la Academia: 1 el discurso en el que se entremezclan la autobiografía, la historia, el pasado, presente y futuro, así como la conjunción de los textiles con el contenido histórico; 2 ingresa la doctora por su labor académica como gestora cultural y protectora del patrimonio histórico haciendo honor a la función social que todo historiador debe de tener, citando a Enrique Florescano; 3 el trabajo como corresponsal debe fomentar el estudio de la historia y su difusión en todo el estado de Oaxaca y 4, hizo alusión a un paralelismo entre Francisco I. Madero, como especialista en la historia de la Revolución Mexicana, que de mecenas político pasó a ser un actor político, porque estaba convencido que él tenía que realizar esa labor, por lo que Garciadíego equipara la entrega y el compromiso de la doctora Grañén y don Alfredo Harp con su labor filantrópica y de gestión cultural en el rescate de la historia de México. Concluyó “Hoy, después de este discurso, estoy más optimista con el destino de México”.
