Mucho se ha discutido sobre los efectos negativos desatados por la contingencia sanitaria, pero poco se ha explorado acerca de las diversas áreas de oportunidad que una pausa de tal magnitud revela. Por consiguiente, en esta ocasión sería prudente compartir de qué manera la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, por medio de todas sus filiales, con la idea de hacer valer lo positivo de cada suceso, se apoderó de este periodo de aislamiento y lo convirtió en un espacio crítico de reflexión para evaluar la dirección, los objetivos, los alcances y los medios que la mantienen en constante trabajo por México.

En este sentido, asumiendo una de las mejores caras de la pandemia, convirtió el confinamiento en una coyuntura sin precedente que consistió en el emprendimiento de una transición que permitiría el establecimiento de aquellos elementos necesarios para una nueva era.

De esta manera, la fundación, en respuesta a uno de los más grandes retos, inicia de forma efectiva un proceso de transición que, asumido desde una perspectiva de fortalecimiento, buscó incluir al personal de cada filial con el fin de mantener sus actividades. Por esto, promovió la capacitación para romper las limitantes del aislamiento y crear nuevos espacios potenciales de trabajo que permitieran retomar acciones aplazadas por la imponente carga de trabajo cotidiana.

Un ejemplo de ello fue el trabajo en conjunto del Museo Textil de Oaxaca (MTO) y la Coordinación de Conservación de Fuentes Fotográficas de Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (Adabi), quienes, desde el año pasado, conformaron una sinergia efectiva para trabajar sobre el rezago en materia de registro, documentación y conservación de los fondos y colecciones propias.

Esta etapa fue felizmente concretada con la finalidad de cerrar todas aquellas tareas aplazadas relacionadas con los diversos fondos documentales y colecciones fotográficas, entre ellos el procesamiento integral de los siete fondos y colecciones del Museo Textil por medio del registro, identificación, descripción, organización, limpieza y estabilización de aproximadamente 80,127 ejemplares fotográficos y 2,080 expedientes documentales que fueron intervenidos para su rehabilitación y conservación.

El resultado de este proyecto no solo se compaginará con la misión institucional de la fundación, sino que, además, la experiencia sirvió para estrechar lazos entre las diversas filiales en un período justo de reconexión, lo que derivará en futuros proyectos de gran alcance, que sustentados en la experiencia de cada integrante y en la lealtad a esta constante capacidad de adaptabilidad, seguirán promoviendo la confrontación enérgica de cada reto.

En este afán, la Coordinación de Conservación de Fuentes Fotográficas de Adabi festeja los resultados de este proyecto, ya que nos permitirán seguir perpetuando, por medio de múltiples líneas de acción, el patrimonio cultural y natural de México, como una raíz que nos une y vincula por igual.