La Orden de Malta o de Caballeros Hospitalarios, conocida por su riguroso proceso de admisión, fue fundada a finales del siglo XI en Jerusalén con el propósito de cuidar a peregrinos, enfermos e intervenir en acciones bélicas durante las cruzadas.
Sin embargo, el deseo de pertenecer a esta sociedad llevó a un aspirante a cometer un acto delictivo: robar las hojas que contenían las partidas de bautismo de su interés de los libros sacramentales históricos de Barrachina y Villarejo de los Olmos, en la provincia española de Teruel.
Como consecuencia, fue condenado a dos años de cárcel.