Durante 30 años, un archivista de los Archivos Nacionales de Escocia investigó el robo de una serie de documentos históricos, los cuales fueron hallados años después en una subasta.
El saqueo, centrado en documentos con timbres postales, se prolongó durante décadas. Se presume que comenzó en 1947 y continuó hasta 1968, cuando el responsable se trasladó a Canadá. Sin embargo, no se ha determinado con certeza en qué momento cesó la sustracción.