Los días 26, 27 y 28 de agosto de 2025 tuvo lugar el II Coloquio Internacional El valor de los archivos judiciales como fuentes históricas, que retoma el tema planteado hace dos años sobre la riqueza de información que contienen los archivos históricos judiciales. Al igual que el primer evento, el segundo coloquio se llevó a cabo de manera virtual, aunque esta vez Adabi contó con la hospitalidad del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) en un esfuerzo por dar a conocer a su público el aspecto histórico de la práctica de la justicia en México y otros países, así como promover entre los seguidores de Adabi la existencia de esta institución de enseñanza, líder en Latinoamérica.
La inauguración del evento estuvo a cargo de la directora de la asociación, Verónica Loera y Chávez Castro, así como de Fernando Espidio Gámez, secretario general de Extensión del Inacipe en representación de la titular, Gabriela Rosales Hernández. En sus palabras, Verónica Loera y Chávez presentó brevemente a Adabi a los seguidores vía digital, y habló del trabajo que la asociación ha realizado en pro del rescate y organización de archivos judiciales, tanto de gran calado como los que se han encontrado en archivos municipales, especialmente de Puebla. Mencionó que cada investigador tiene diferentes intereses, lo que permite “hacernos ver lo que no hemos visto”. Así, la labor de Adabi consiste en propiciar la investigación por medio de los archivos con la creación de instrumentos de consulta y la mayor recompensa de ello es el conocimiento de que, efectivamente, se utilizan para tal fin.
La primera parte del coloquio estuvo a cargo del doctor en derecho civil, Carlos Sosa Pinzón, de la Dirección de Archivos del Poder Judicial del Estado de Guanajuato, quien discurrió sobre “Tres desafíos para los archivos judiciales del siglo XXI: valoración documental, transparencia y protección de datos personales, y formación archivística” misma que inició con la indicación de un cambio de temática en la historiografía que transitó de los grandes personajes a un “estudio más profundo de las estructuras y los fenómenos sociales” que se reflejan sin duda en los archivos de carácter judicial, que a la vez se han constituido como protectores de los derechos de los ciudadanos. De igual manera anotó el Dr. Sosa que los archivos históricos judiciales han transitado de actores pasivos a “instrumentos esenciales” en procesos de transparencia, rendición de cuentas y el derecho a la verdad, y la actividad de dichos repositorios ahora se enfrenta a los retos mencionados: valoración documental, transparencia y protección de datos personales a la que se añade la formación de archivistas con un perfil interdisciplinario.
Tres mesas fueron dedicadas a las mujeres y las infancias en los tribunales de justicia -distribuidas durante los tres días que duró el coloquio- en una temporalidad que abarcó desde los tiempos virreinales hasta el siglo XX. Por medio de las diferentes ponencias presentadas por estudiosos de dichos casos y fenómenos, fue posible conocer las circunstancias, clases sociales, entornos políticos, sociales y culturales, así como las sentencias recibidas y que dieron pie a su estudio mediante un expediente o una serie de ellos. Gracias a estas narraciones fue posible conocer la defensa de una esclava mulata, los pensamientos de mujeres peninsulares y criollas recogidos en los expedientes de la Inquisición, las causas y el destino de las mujeres que solicitaban el divorcio en la primera mitad del siglo XVIII y lo que se entendía por “malos tratamientos” también en los albores del movimiento independentista mexicano. El siglo XIX estuvo nutrido de casos relativos a las infancias en donde protagonizan especialmente a las víctimas, aunque no deja de aparecer el caso de El Rata, delincuente casi juvenil que junto con una pandilla se dedicó a robar en casas, instituciones y hasta iglesias en el Michoacán decimonónico. Las constantes de violencia física y psicológica muestran especialmente a los infantes provenientes de clases de escasos recursos, inclusive, miserables, que además sufrían a manos de sus propios progenitores. Sin embargo, al llegar el siglo XX ya se observa la variable “psicológica”, en donde se hace alusión al estado mental en que una madre puede cometer un filicidio, elemento que aporta una explicación más cercana a nuestros tiempos. En estas tres mesas cabe destacar la presentación sobre el caso de las guerrilleras chilenas y los testimonios que sobrevivieron de manera escrita, ya que ahora muestran elementos comunes y disonantes de cada caso que necesitan leerse a la luz del contexto general de la época represiva sucedida en el país sudamericano.
La segunda mesa del primer día del coloquio denominada “De los tribunales a la ficción: la literatura inspirada en expedientes judiciales” presentó a los oyentes tres casos singulares, el primero referente a la novela El agua envenenada, del autor Fernando Benítez, que refleja un caso de la vida real ocurrido en Ciudad Hidalgo, Michoacán; una vez que el expediente original del caso estuvo a disposición del público se llega a la conclusión de que la novela y los hechos consignados en la documentación oficial coinciden en una versión única. La segunda presentación trató sobre cómo un caso de homicidio -este en particular perpetrado por María Teresa Landa en la persona de su esposo Moisés Vidal- se convierte en fuente de inspiración para ficciones en distintos formatos; además, el ponente habló del caso de una niña que logra sacar a su madre de la cárcel, mismo que es narrado por el Dr Atl. Como ponencia final se dio a conocer una serie de relatos verídicos publicados bajo el título de Narradores de memorias que rescatan los relatos de las víctimas de los tiempos de violencia sufridos en el Perú.
La riqueza temática de los archivos judiciales ya ha encontrado nuevos caminos en los que manifestarse y ha abierto nuevas vetas que necesitan ser exploradas. Es el caso de la mesa “Relatos de lo cotidiano”, que gracias al trabajo realizado con el Archivo de la Real Audiencia de Guadalajara, en donde la base de datos con la que se accede a los expedientes ya permite al usuario hacer un primer análisis de la información generada en el ramo criminal de este archivo; otra de las tendencias con las que ya se enfrenta la investigación histórica y la presentación de los resultados es la visibilización de escenas particulares gracias a la generación de imágenes con Inteligencia Artificial que, bajo las instrucciones adecuadas, visualizará la escena específica del expediente que de otra manera sería difícil de ilustrar a partir de imágenes de la época. Finalmente, se habló del estudio de la impartición de justicia en tiempos turbulentos: para este caso específico la invasión francesa que condujo al establecimiento del Segundo Imperio mexicano, mismo que necesita ser ampliado pues se produce un entrecruzamiento de la impartición de justicia a partir del derecho militar de dos naciones, un tema poco abordado en este tipo de presentaciones.
El postrer día del coloquio abordó el tema de los archivos judiciales en su relación con otras áreas del conocimiento, como los archivos notariales; la legislación sobre el reparto de tierras, la historia conceptual, los indígenas y las clases más desprotegidas -a quien Marx definiera como el “lumpenproletariado”-. Esta mesa temática fue moderada por el maestro Jerónimo Ilich Gomar Hernández, responsable de la dirección de Educación a Distancia del Inacipe. Para finalizar las presentaciones se habló de la impartición de justicia en la frontera norte de México, en donde se observó la constante de la lejanía frente a otros centros poblacionales y por ello la dilación en la impartición de justicia, además de apreciarse sentencias que parecían ser condenas de muerte disfrazadas de destierro, y que posteriormente se retomarían durante el Porfiriato.
Es de notarse que independientemente de los expedientes consultados en los archivos de las casas de la cultura judicial, ubicadas en diversas ciudades de la República mexicana, también hubo presencia de documentación generada en los municipios, como se hizo evidente en el Archivo Histórico Municipal de Huixquilucan, así como el de Jiquipilco, ambas poblaciones ubicadas en el Estado de México, o centros de documentación creados para ser instituciones guardianas de la memoria, como la Fundación Social de Iglesias Cristianas en Chile e inclusive repositorios digitales como Ancestry.
Para clausurar el evento, la titular del Inacipe, Gabriela Rosales Hernández, mencionó que estaba muy complacida por la unión de fuerzas entre las instituciones y, en particular, porque con este tipo de eventos es posible acercar a los especialistas internacionales que forman parte de su prestigiosa comunidad en estos temas históricos, quedando la puerta abierta para más colaboraciones y así “crear una sinergia que nos permita mantenernos vigentes”. Por su parte, la directora de Adabi, Verónica Loera y Chávez Castro, agradeció la hospitalidad y mencionó que se presentaron historias que nos hacen comprender el presente en que vivimos, además de ver a los archivos desde una aproximación interdisciplinaria que permite apreciar otro tipo de interpretaciones, y con ello generar aprendizaje.
En total el II Coloquio Internacional contó con la participación de 30 ponentes provenientes de nueve estados de la República mexicana como Guanajuato, Michoacán, Ciudad de México, Hidalgo, Puebla, Chiapas, Jalisco, Aguascalientes y Baja California Norte, así como dos países sudamericanos, Perú y Chile.