En la tercera mesa del coloquio, denominada “Infancias y mujeres en los tribunales del siglo XIX” del II coloquio internacional de archivos judiciales, se presentaron cinco investigaciones sustentadas en documentación judicial proveniente de distintos archivos históricos. Esta mesa ofreció un recorrido por casos que, desde distintas perspectivas, cuestionan nuestra compresión de la justicia, la infancia y la violencia en contextos decimonónicos.
El investigador que abrió esta mesa fue Juan Pablo Pedraza Ordoñez, licenciado en Humanidades por la Universidad Autónoma Metropolitana, quien dio a conocer el hallazgo de dos interesantes –aunque incompletos– expedientes del Archivo Histórico Municipal de Huixquilucan, Estado de México. Este descubrimiento evidencia, entre otras cosas, cómo las instituciones encargadas de impartir justicia, desde sus formas más tempranas hasta la consolidación de las Casas de la Cultura Jurídica, han dejado huella en múltiples espacios y reservan esos pasajes de la historia en sus propios archivos.
La periodista María del Pilar González presentó una innovadora forma de hacer investigación y de hacer historia a partir de fuentes judiciales. Ella tomó un caso de violencia vicaria, y al observarlo y analizarlo desde diversas miradas logró reconstruir uno de los más miserables y desgarradores episodios de la historia humana en el que una pequeña de seis años fue raptada, violada y brutalmente asesinada. Esta ponencia fue, además, una pequeña probada del libro que próximamente será presentado: Macaria González Ibarra. La niña que estremeció el corazón de un pueblo.
Una perspectiva particularmente reveladora sobre las infancias, alejada del enfoque tradicional que las concibe exclusivamente como víctimas, fue la presentada por la Dra. Lisette Rivera Reynaldo. Junto al Dr. Martín Pérez Acevedo, quien lamentablemente no pudo asistir a la exposición, abordaron el caso de El Rata, un niño delincuente que lideró una banda de menores dedicados al robo en Michoacán a principios del siglo XX. Este estudio permitió reflexionar sobre los delitos cometidos contra la sociedad porfiriana, la justicia juvenil y el alcance de la ley aplicada a menores de edad. Reconocer a los niños no solo como receptores de violencia, sino también como agentes capaces de transgredir normas, resulta una aproximación refrescante. Más aún, esta lectura responde a un contexto histórico específico que los investigadores se ocuparon de explicar con detalle durante su ponencia.
Desde Adabi celebramos el rigor y compromiso de quienes trabajan con fuentes judiciales, especialmente aquellas que exigen lectura especializada y sensibilidad histórica. Esta mesa reafirma el valor de los archivos como espacios de memoria, análisis y transformación. Esperamos que la exposición de estos temas constituya un pilar para nuevas líneas de investigación, que continúen nutriendo a la historia nacional, y que además contribuyan a que los archivos históricos se consoliden como organismos vivos de la memoria colectiva. Esperamos que los archivos judiciales sigan siendo interrogados por especialistas, y den testimonio de aquellos sujetos históricamente vulnerables, cuyas voces han sido silenciadas en múltiples ocasiones, y que merecen ser recuperadas para comprender, interpelar y transformar nuestra concepción de justicia.
Clara Jaqueline Rodríguez García | Adabi