El hallazgo de la tumba de Tutankamón, ocurrido a finales de 1922, es considerado uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de la historia.
Su descubridor, el arqueólogo británico Howard Carter, dedicó un largo periodo a registrar minuciosamente el contenido de la tumba y a documentar fotográficamente cada etapa del proceso de excavación.
Gracias a la recuperación y colorización de esas imágenes, hoy es posible apreciar el hallazgo con una nueva dimensión visual que permite acercarse, con mayor realismo, al contexto original del descubrimiento.