El jueves 9 de marzo tuvo lugar la primera tertulia del año que trató sobre el pigmento prehispánico mejor conocido como “azul maya”. La presentación estuvo a cargo de la maestra Alba Azucena Barrios Ruiz, quien funge como profesora e investigadora del Laboratorio de Geología de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
A partir del estudio del Códice Maya de México antes conocido como Grolier, la presencia del azul maya permitió determinar la originalidad y antiguedad de dicho documento, cambiando la historia del mismo. la maestra Barrios mencionó que el azul maya es el resultado de la unión de un componente inorgánico, como lo es la Palygorskita molida que se conjunta con la planta del índigo (Indigofera suffruticosa) y a partir del análisis químico hecho se pudo determinar la formación, en lo que denominó como, el “primer nanocompuesto del mundo”, así como se obtenían las diferentes tonalidades del pigmento y el significado de las mismas dentro de la iconografía.
El azul maya se puede identificar en toda la zona de donde toma el nombre, además de otras culturas mesoamericanas del altiplano de México y de lo que hoy es el área del estado de Oaxaca. El uso de este pigmento trascendió el tiempo también al utilizarse durante la época colonial y hoy en día existen iniciativas para revivir el tinte incluso con artistas plásticos. Una de las propiedades destacadas de este pigmento es su alta estabilidad lo que ha permitido apreciar al azul maya casi como cuando fue pintado. Los hallazgos arqueológicos en la Ciudad de México del pigmento como ofrenda y como parte de la creación de cuentas “artificiales” de jade, así como el estudio del Códice Maya de México arrojaron importante información sobre este pigmento mesoamericano.
Por su parte, Jesús Fuentes, miembro de La Rebocería compartió sus experiencias con el tinte conocido como añil, que se obtiene también de la planta del índigo y que es utilizado para teñir algodones y diversos tipos de lana en la actualidad. El rebocero confirmó que al igual que el azul maya, la diferencia de ph, da los diferentes tonos del color, sin embargo entre los artesanos existen diferentes fórmulas para teñir con añil, que no se han podido reproducir todavía, aunque el color conserva una especie de misticismo alrededor del momento de su aplicación por parte de los tejedores.