Como parte de la celebración del Día Mundial de las Abejas —consideradas el ser vivo más importante del planeta Tierra— la maestra Karla Muñoz, especialista en el tema y emprendedora de la marca Miel Moz, presentó la tertulia titulada “La apicultura en la Nueva España”. La maestra Muñoz comenzó su charla mencionando la diferencia entre las abejas nativas del territorio que actualmente es México y aquellas que trajeron desde el viejo continente. Aquellas abejas, conocidas como “meliponas”, poseen un pequeño aguijón inocuo y, a diferencia de las abejas europeas, fueron las que sustentaron la producción de miel durante toda la época virreinal.
Para demostrar la importancia que ha tenido la miel desde la época prehispánica, la especialista hizo referencia al Códice Mendocino, también conocido como la “Matrícula de tributos”. En este documento, elaborado en 1540, se ilustra el tributo de miel que se hacía al imperio mexica mediante cántaros que eran enviados por diversas poblaciones, entre ellas Tlachco (hoy estado de Guerrero); a este testimonio deben añadirse las descripciones de cronistas como Diego de Landa, Bernardino de Sahagún y el mismo Hernán Cortés, quienes precisaron las diferencias entre las abejas americanas y las europeas, tanto en su constitución física como en la creación de sus panales.
El segundo tema abordado por Muñoz fue la presencia de la miel en las preparaciones de la farmacopea con raíces prehispánicas, mencionadas en el Códice Badiano y en la Historia natural de la Nueva España e incluso de tradición occidental y que aparecen en el Tesoro de medicinas de Gregorio López, así como en los recetarios que se encuentran en el archivo histórico del Colegio de Vizcaínas que hablan de preparaciones como el rodomiel.
En penúltimo lugar se habló de la miel como ingrediente consignado en los recetarios virreinales, tal como ocurre en la preparación denominada “Huesos de difunto” en la que se combinaba el azúcar (que no es la misma que conocemos hoy) con “un cuartillo de miel virgen en punto alto”.
Para cerrar la tertulia, la maestra Muñoz ubicó la llegada de las abejas desde el viejo continente prácticamente a inicios del México independiente, y describió la propaganda que se hizo en los periódicos de la época sobre su cultivo, actividad, por cierto, muy recomendada para las mujeres.
La charla postrera se centró en los diferentes tipos de miel y en su multiplicidad de sabores según la materia prima a la que acuden las abejas, lo que le otorga a este néctar un sabor “como a paisaje”.