Cuando el río Sena subió su caudal, los bouquinistes (o vendedores de libros) ubicados en sus orillas se vieron en problemas debido a la ubicación misma de sus establecimientos, lo mismo paso con el cierre por la pandemia del Covid-19.
Ahora, a un año de celebrarse las próximas olimpiadas en París, se les da a conocer que debido a asuntos concernientes a la seguridad de los turistas que acudan a presenciar las justas olímpicas, 59% de estos comerciantes tendrán que ser desalojados temporalmente, noticia que a ninguno de ellos complace.