A cargo del primer jardín botánico conocido en la actual Alemania, Basilius Besler fue comisionado por el dueño del jardín, el príncipe-obispo de Eichstätt, para elaborar una obra que reflejara cada planta presente en dicho lugar. A lo largo de 16 años, con la colaboración de dibujantes y grabadores, se crearon 367 grabados. Aunque no constituyeron el primer registro de los ejemplares, sí resaltaron la belleza de los mismos.

“Hortus Eystettensis” fue publicado en 1613, marcando un hito en la ilustración botánica que transformó su enfoque desde ese momento.

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