Dos escritores italianos se dedicaron a rastrear la historia de un fotógrafo polaco que trabajó en uno de los campos de concentración más mortíferos de la II Guerra Mundial.
Las imágenes que testimoniaron el paso de las personas en Auschwhitz dieron pie a una investigación más profunda en archivos y con testigos de primera mano que culminara en una novela histórica, como una salida más amable a la crudeza de la situación.