La caligrafía: entre trazos y tintas” es el título de la tercera tertulia de este año 2024 y la puerta de acceso al medio centenar de charlas que iniciaran en el 2015.
Una vez más la Biblioteca José Lorenzo Cossío y Cosío recibió al público interesado en conocer de viva voz a los especialistas en la materia, en este caso, del arte de la caligrafía, tanto las generalidades como los secretos del tema.
El ingeniero Felipe de Jesús López Estala y el arquitecto Pedro Salvador Méndez Sánchez, fundadores de SCR calígrafos de México (la primera sociedad mexicana de calígrafos, letristas e iluminadores, registrada en México) fueron los invitados para dar a conocer al gran público esta disciplina.
El tema central de esta charla fue la caligrafía en México y los diferentes tipos de escritura que se pueden observar en los documentos producidos en nuestro país. Inició la charla con la presentación de la “triada” de la escritura: los instrumentos: las puntas planas y las terminadas en ángulo, así como las plumas de ave, instrumento caligráfico utilizado durante siglos; la tinta conocida como ferrogálica y sus componentes como pigmentos de origen animal, vegetal y mineral, así como los papeles que con sus diferentes cualidades absorben las tintas o sólo las dejan en su superficie.
Gracias a una cámara particular fue posible observar los trazos ejecutados por ambos ponentes, desde los tipos de fuente góticos, letras iniciales de la escritura, pasando por las cursivas: itálica (con inclinación a 7 grados, elemento importante en la escritura con puntas plantas); redonda inglesa o copperplate (utilizada para escribir bitácoras de navíos ingleses); ladies hand, la cursiva norteamericana, signature writing, palmer, title writing y las decoraciones que se pueden lograr en la escritura con la ornamental penmanship. Varios de los asistentes pudieron llevarse un recuerdo personalizado con algún tipo de letra de los arriba consignados.
Los ponentes mencionaron que a lo largo del siglo XIX hubo diferentes intentos en México por tener un estilo de caligrafía propio, pudiéndose distinguir durante el siglo XIX estilos regionales ya que cada persona interpretaba los manuales de caligrafía a su entender, pues muchos de los que escribían por oficio muy posiblemente fueron autodidactas. Fue hasta el manual de Fabián Vergara denominado Sistema Vergara. Manual de caligrafía comercial, el primer intento de generar una caligrafía nacional que terminara con la llegada del movimiento revolucionario de 1910.
Así mismo, se mencionaron las bondades de la escritura caligráfica tales como el desarrollo de conexiones neuronales, el mejoramiento de la memoria, así como el incremento de la habilidad motriz. Mientras que, por el contrario, se está perdiendo, al no escribir más a mano, la ortografía, el vocabulario y la dicción, ya que según afirmación del arquitecto Méndez, escribir te obliga a pensar. La atención y disciplina que implica la caligrafía incluso sirve como terapia para reforzar la atención, según comentó el ingeniero López Estala.
Para finalizar la sesión, presentaron su propuesta para una caligrafía nacional con una intención alegre y festiva e insistiendo en que los calígrafos son humanos, por lo tanto, imperfectos, lo que sin duda le da a la caligrafía un valor agregado.