Ornamentar para evangelizar fue el tema de la tertulia 51 de Adabi de México. De nuevo repitió en el cartel la doctora Bertha Pascacio que presentó un trabajo muy completo sobre tres retablos virreinales en la zona maya: Dzidzantún, Mani y Oxkutzcab. La acompañaron esta vez la doctora Magdalena Vences, el maestro Juan Manuel A. Chávez y la doctora Stella María González Cicero, directora de Adabi de México, todo ello dentro del marco de la celebración de los cinco siglos de la llegada de los franciscanos a territorio de lo que hoy es México a través del patrimonio material que ha quedado en los retablos y otras ornamentaciones realizadas para los templos yucatecos.
Para contestar una nueva interrogante acerca de la diferencia entre los retablos franciscanos y los del clero secular la doctora Pascacio relató como el arte sacro fue desde un inicio un instrumento de evangelización, que tuvo como modelo ilustraciones que los frailes mismos trajeron, en el que se incluyó un “modelo matemático y estructural”. Al ser los franciscanos la única órden encargada de evangelizar la península yucateca, y seguramente también debido a la lejanía y difícil comunicación con la capital de la Nueva España los estilos artísticos no respondieron a modas de otros lugares del ahora México, al igual que no existían los mismos recursos materiales ni de mano de obra que en resto del virreinato “va a estar completamente unido a las circunstancias geográficas y a la riqueza de la zona”, afirmó.
Se presentó un breve esbozo de la “solución” yucateca para la creación de estos retablos La creación de tres escuelas, que a semejanza de las ya establecidas en el centro de México, en donde además de enseñarles a leer también les transmitieron conocimientos sobre artes menores que les permitirían elaborar los retablos necesarios, la llegada de frailes con habilidades en arquitectura, platería, carpintería y escultura que enseñaron a los mayas estos oficios, especialmente con fray Diego de Landa.
Desafortunadamente lo único que se conserva de esta época son los muros en donde se colocaron estos primeros retablos y la pintura que posiblemente los acompañó, como fue por ejemplo Dzidzantún; en Nuestra Señora de Mani ya se observan retablos completos aunque no de grandes dimensiones, pero que tienen la originalidad de presentar cariátides en vez de columnas, otra de las particularidades es la inclusión de los signos de la pasión en los retablos, ya que las cruces atriales al estilo centro de la Nueva España se retiraron después del auto de fe de Mani.
La actividad retablistica disminuye con la serie de epidemias, sequías y hambrunas que se dan dentro del área maya, afirmó la ponente, sin embargo, con la recopilación de las Leyes de los reinos de indias se les recuerda nuevamente a los vecinos, encomenderos, indios y autoridades civiles del deber que tenían hacia la edificación y mantenimiento de las construcciones religiosas, lo que da como resultado un auge de retablos con columnas salomónicas, aunque ya avanzado el siglo XVII, tal como se pudo apreciar en el retablo de Oxkutzcab, que, gracias a la creación del Camino Real que conectaba a Mérida con los pueblos de la península, pudieron darse las condiciones para la creación de retablos más profusos y de gran dimensión. Como una especie de ciclo, los franciscanos se ven enfrentados al abandono de las poblaciones y con ello el de las iglesias, por lo que los retablos se vuelven a transformar colocando gran profusión de elementos vegetales, con dorados mínimos, llenos de símbolos y en donde prevalece la pintura, como se pudo observar en el retablo de la Purísima Concepción de la iglesia de Mani.
En la ponencia la doctora Pascacio estableció que los retablos son un reflejo no sólo de las condiciones ambientales, sociales, económicas y tecnológicas de los mayas, también son el reflejo del proceso de evangelización de la orden franciscana en la península, y que sin duda adoptó particularidades propias de la zona como el uso de cariátides basadas en la obra de Vitrubio, la adopción de cierto santoral, la creación de un estilo propio, así como un cristocentrísmo reforzado con la presencia de la virgen como intercesora.
Dos preguntas fueron el eje del intercambio de ideas entre los presentes: ¿realmente se utilizaban los retablos como una especie de libro para evangelizar a los locales? y por otro lado, ¿cuál ha sido el impacto en la población una vez que conocen la historia y la importancia de su patrimonio cultural? A la primera pregunta la doctora Pascacio mencionó que no todos los retablos que hoy existen en las iglesias son originales de ahi pero que muy posiblemente fueron elementos en los que se basaron los franciscanos para una evangelización más sensorial, por su parte la doctora Gonzáles afirmó que desde su punto de vista, no era como en otros lados tanto en Europa como en la Nueva España en donde las fachadas tenían ese sentido educativo, ya que los frailes no aprovecharon esa habilidad del trabajo de la piedra que en algún momento tuvieron los mayas prehispánicos; la doctora Vences mencionó que los altares son un mueble en donde se rinde el culto y que fueron, en efecto, parte del complejo programa evangelizador como una fuente de “catequesis contínua”; el maestro Juan Manuel Chávez afirmó que hubo una retroalimentación entre el conocimiento nuevo que trajeron los franciscanos y lo que los mayas ya conocían, aunque obviamente ya no se puede hablar de la habilidad que se desarrolló en la época clásica.
La segunda pregunta referente al impacto social de la investigación la ponente dió a conocer los cambios que pudo observar una vez que hizo partícipes a las personas de sus conocimientos y el resultado de sus investigaciones, ella pudo apreciar una notoria transformación así como una identidad con el patrimonio, independientemente, ya, de la denominación religiosa que se profese, ya que aunque muchas personas han dejado de ser católicas, la devoción es la misma. Constató que las personas tienen interés en conocer sobre la historia de su patrimonio, incluyendo a los actuales párrocos, que buscan atraer a los feligreses a través de la transmisión del conocimiento de los retablos del pueblo. La doctora Stella mencionó que hacen mucha falta investigaciones como las que la doctora Pascacio realiza, ya que el interés no necesariamente es generalizado. El maestro Chávez mencionó que si bien ya existían trabajos al respecto, no eran específicos ni tan profundos como los llevados a cabo por la ponente, que ya es referencia en la academia y entre los franciscanos locales actuales.
Como comentario final la ponente mencionó que ella trabaja a través de trilogías, y en este caso ha presentado cómo los franciscanos emplearon la mano de obra de los mayas, a lo que seguirá el tema de los artífices mayas y qué aprecia ella que se reflejó en el arte virreinal de los murales prehispánicos y cómo lo trasladan a la madera y la tercera entrega será cómo es que se retrataron los artífices mayas en los murales virreinales.