En la región de Valles Centrales, enclavada en el corazón de la Verde Antequera, se encuentra el Exconvento de Santo Domingo, actualmente Centro Cultural con el mismo nombre. En el ala sur de este exconvento, se encuentra la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa, en donde, bajo la etérea mirada de los ángeles que, situados en la bóveda de la sala principal, vigilan las actividades que en este recinto se realizan, se llevó a cabo el segundo de los cinco talleres que se impartirán este año. Dicho taller fue dirigido por la profesora Maricruz García Vasconcelos, quien cuenta con una larga y sólida trayectoria en el área de encuadernación y conservación de acervos de diferentes bibliotecas de Oaxaca.
En esta ocasión, se impartió el taller de Encuadernación Copta, técnica que comparte antigüedad con los rollos de papiro y de pergamino, utilizados hasta el siglo III. Se consolida como gran tecnología de la encuadernación en los registros de la religión católica. Los primeros códices coptos constaban de un sólo cuadernillo, al que con el pasar del tiempo se le fueron agregando más, de acuerdo al dominio de la técnica y a las necesidades de quienes hacían uso de ella. Sin embargo, es durante el periodo Bizantino cuando toma un gran auge -de los siglos V al XV-, y adquiere la forma con la que actualmente se le conoce. Las encuadernaciones carolingias son las primeras que presentan costuras con soportes de cuero, y donde la técnica alcanza su mayor desarrollo.
Actualmente, este tipo de encuadernación se realiza con una gran diversidad de materiales y diseños. En este taller, la imaginación y creatividad se desbordaron, los asistentes echaron mano de diversos materiales para crear sorprendentes diseños en sus creaciones. El aprendizaje no solo se concreta con el dominio de una técnica de encuadernación, va mucho más allá, abarcando planos de la convivencia social, como el apoyo mutuo, el intercambio de ideas, incluso el respaldo moral a la hora de enfrentar la frustración cuando la labor resulta no ser la correcta para el fin que se persigue.
La trascendencia de estas actividades tiene siempre su resonancia positiva en los espacios donde se comparte, se recrea la convivencia y la solidaridad.
María Elena Muro Cerceda