Hace unos meses, se descubrió una partitura desconocida de Mozart en el Archivo Provincial de Estiria, Austria. Ahora, ha surgido otra partitura, atribuida a Frédéric Chopin, en las entrañas de la Biblioteca J. Pierpont Morgan.
Esta pieza ha sido autenticada por un experto de la Universidad de Pensilvania, quien determinó que la caligrafía pertenece, sin duda, al compositor polaco.