Antes verde, hoy amarillo: sustancias venenosas en los libros
Conocido como ‘Verde París’, este colorante, utilizado principalmente en encuadernaciones, se basaba en una preparación con arsénico, lo que le daba su distintivo tono. Todas las publicaciones detectadas en las bibliotecas públicas que contenían dicho pigmento fueron retiradas del acceso público.
Ahora, se ha descubierto la presencia de cromo en niveles inusuales en los libros de la era victoriana cuyas cubiertas son de un tono amarillo-dorado.
No obstante, los investigadores han determinado que la exposición a estos libros no representa un riesgo para los humanos, a diferencia de lo que ocurre con el Verde París.