Conocer el futuro es una preocupación tan antigua como el ser humano. Esta inquietud derivó, desde tiempos ancestrales, en diferentes prácticas adivinatorias que a través de distintos métodos buscaron acceder a una revelación del tiempo por venir.
Entre estas prácticas, que sobreviven hasta hoy en día, se encuentra la astrología. Si bien su práctica fue condenada por la iglesia católica, aparecieron publicaciones fuera de su radio de influencia, tal como Astrolabium, del basiliense Leonhard Thurneisser, cuya obra es una demostración de lo lejos que llegó la imprenta en su capacidad técnica.
Poseedora de seis discos con movimiento, con esta publicación era posible crear horóscopos individuales para una persona deseosa de conocer su porvenir.