El pasado 21 de agosto se realizó el evento de la entrega de la cuarta etapa del proyecto “Servicio de mejora de las condiciones de conservación del Acervo Histórico del Archivo General de Notarías”, que fuera llevado a cabo por el Centro de Conservación, Restauración y Encuadernación de Adabi de México. La ceremonia estuvo presidida por Benita Hernández Cerón, directora general del Registro Público de la Propiedad y del Comercio, Néstor Vargas Solano, consejero jurídico y de servicios legales, Juan Romero Tenorio, director general jurídico y de estudios legislativos, Roberto Garzón Jiménez, presidente del Consejo del Colegio de Notarios de la Ciudad de México y, por parte de Adabi, la directora, Stella María González Cicero así como la directora adjunta, Verónica Loera y Chávez Castro.
En primera instancia se tuvieron las palabras de Juan Romero Tenorio, quien dio la bienvenida a los asistentes e hizo una recapitulación de los aciagos eventos que llevaron a la intervención emergente por parte de Adabi –que además impartió la capacitación para la adecuada intervención inicial– y de otras instituciones, incluyendo a personal enviado por las alcaldías de Gustavo A. Madero e Iztapalapa, con el objeto de apoyar la estabilización inicial del material dañado. Agradeció a las autoridades que hicieron posible la participación de Adabi, así como al Colegio de Notarios que impulsó también el desarrollo de este proyecto. Acto seguido Roberto Garzón, presidente del Consejo del Colegio de Notarios, tomó la palabra y afirmó que la conservación del acervo es una responsabilidad colectiva ya que lo que contiene es un relato detallado de las transformaciones sociales, políticas y económicas “que han moldeado nuestra identidad como mexicanos”; hizo hincapié en la importancia de los documentos notariales como evidencia de “los sueños y las aspiraciones de innumerables personas y familias” y del cumplimiento de las voluntades; considera que las escrituras notariales han tenido un papel fundamental, incluso, en la estabilidad social, llegando a evitar disputas legales. Es por ello que la conservación de estos documentos son de gran importancia para la sociedad en general: “La conservación es un acto de respeto”, tanto para las generaciones pasadas como las futuras.
La directora adjunta de Adabi, Verónica Loera y Chávez Castro, transmitió el saludo de la presidenta de la asociación, la doctora María Isabel Grañén Porrúa, así como las felicitaciones al equipo de trabajo por su esfuerzo, pasión y dedicación; mencionó que en México no hay una cultura de la conservación preventiva ni tampoco edificios exprofeso que alberguen al patrimonio documental. Recordó que al momento de la emergencia, no hubo apoyo de las instituciones públicas dedicadas a la salvaguarda del patrimonio documental lo que convirtió a la intervención de Adabi en un punto decisivo para la respuesta ante el siniestro. Insistió, retomando las palabras de su antecesor, en que en esos expedientes notariales se encuentra la memoria colectiva, así como la identidad, por lo que es menester crear un edificio que albergue a los archivos de trámite y concentración junto con el histórico. Agradeció a la Conserjería por el apoyo otorgado, así como a todos aquellos que respondieron en la emergencia inicial.
Como postrer oradora se presentó la directora de Adabi de México, Stella María González Cicero, quien mencionó que era un gusto haber cumplido con las expectativas planeadas, así como el haber contado con la confianza de las diferentes autoridades para la consecución del proyecto. Afirmó que no fue una tarea fácil debido a todas las variables necesarias para su consecución: la parte jurídico-administrativa, la creación del proyecto, selección y capacitación del personal, acondicionamiento del lugar y la solución de cualquier inconveniente de la mejor manera posible. Este reto pudo superarse gracias al entusiasmo, comprensión y adaptabilidad que permeó en todo momento con el personal, que trabajó con tiempos medidos y a marchas forzadas para poder cumplir con el compromiso adquirido. La directora reconoció que el proyecto rebasaba la capacidad de Adabi, pero que con la decisión y pasión que le caracteriza a la asociación, fue posible su bien término. La doctora González afirmó que el trabajo desarrollado es sólo el principio de un tratamiento que debe tener el archivo y que sería ideal que existiera un talle permanente con personal calificado que se encargara de la conservación necesaria a futuro, y, soñando “en grande”, la creación de un nuevo edificio, retomando la idea ya mencionada por la directora adjunta. Para finalizar, agradeció de nuevo la confianza puesta en Adabi, quien por medio de un grupo de restauradores y técnicos en encuadernación “que valiente y esforzadamente llevaron a cabo la tarea”, así como al personal de Adabi que directa o indirectamente, colaboró en el proyecto. Reiteró a los participantes que a pesar de que su trabajo pareciera un granito de arena en la inmensidad de la tarea de la conservación del patrimonio documental, deberían de sentirse orgullosos y satisfechos de haber participado en este proyecto.
Para finalizar el acto protocolario se entregó el documento en donde constan los trabajos realizados en el acervo, así como la firma del acta de entrega-recepción. Como corolario se les dio un recorrido a los asistentes para mostrarles una parte de los trabajos que se llevaron a cabo en el proyecto dirigido y organizado por el CCRE.