El fraile capuchino Hilarión de Bérgamo transitó por México de 1761 a 1768, su propósito era recaudar recursos para las misiones franciscanas en Asia. Gracias a sus anotaciones y diseños, custodiados en un código de la biblioteca italiana Angelo Mai, hoy en día se conoce la idea que tuvo de la Nueva España un lego-viajero del antiguo régimen.