Al estudiar testimonios históricos sobre las luces del norte o auroras boreales, científicos japoneses  asumen que la documentación histórica de este fenómeno, en textos provenientes de diversos lugares de Japón, puede trasladarse a la predicción de la actividad solar, ya que es debido a las tormentas geomagnéticas severas que estas luces del norte se pueden llegar a ver en zonas más cercanas al ecuador.

 

Esta actividad se ha registrado también en muchos lugares del mundo y es posible determinar secuencias en donde la actividad solar se ha intensificado, haciendo posible una predicción con un alto grado de certeza.

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