Para celebrar la quincuagésima edición de Las tertulias de Adabi de México, se tuvo un tema especial cuya presentación se realizó en la habitual sede de la Biblioteca José Lorenzo Cossío y Cosío, con la presencia de caras conocidas de invitados de tertulias pasadas y de una nueva que nos acompañará en próximas emisiones. Con la idea de conjuntar a todos bajo una misma premisa, cada uno de los invitados habló acerca de un aspecto de la mexicanidad, ya fuera como un cliché o como algo poco conocido, pues se consideró que estos elementos representan a México ante los propios mexicanos y ante el mundo.
La directora de Adabi de México, doctora Stella María González Cicero, dirigió al público unas palabras de bienvenida haciendo énfasis en el logro que implica llegar a 50 tertulias con los más diversos temas, dejando de lado, por un momento, los aspectos cotidianos de la asociación. Acto seguido, se presentó un video que compila todos los carteles de las tertulias llevadas a cabo, incluyendo lel de la número 50.
La tertulia se organizó cronológicamente para presentar datos que va desde la época prehispánica hasta el primer tercio del siglo XX. La disertación inicial corrió a cargo de la directora del Museo del Chocolate, Ana Rita García Lascuráin Valero, quien, acompañada de una degustación de chocolates con diferentes características, presentó un abanico de variedades de cacao y del chocolate mexicano en el mundo, gracias al esfuerzo realizado por la institución que atinadamente dirige.
En la segunda ponencia se habló de la Dalia o Acocoxochitl, que también hunde sus raíces en la época prehispánica, pero que fue declarada como la flor nacional de México hasta mayo de 1963. Esta disertación estuvo a cargo de la directora de la Asociación Mexicana de la Dalia o Acocoxochitl, Guadalupe Treviño de Castro, quien también habló de la dispersión de las dalias en los jardines del mundo, así como de todas las variedades que se han creado tanto nacional como internacionalmente.
Las siguientes presentaciones corrieron a cargo de Julio César Gómez, de La Rebocería, y Antonio Diez Barroso, presidente de la Asociación de Charros de Iztapalapa, quienes ahondaron sobre la parte mexicana derivada de la etapa novohispana. Por un lado, los rebozos sin duda tienen su arraigo en prendas españolas; su elaboración, que sigue viva en el municipio de Calimaya, Estado de México, se encuentra en proceso de rescate por esta agrupación de jóvenes que ha recuperado también la experiencia de reboceros, oficio que han ejercido desde hace décadas. Dentro de la misma etapa en esta cronología, se habló de la charrería, actividad que derivó del trabajo con el ganado vacuno y caballar en numerosas partes de la actual República mexicana, y que en 1934 fue declarado como el deporte nacional, razón por la cual el 14 de septiembre se instauró como el Día del charro; además, se mencionaron las diversas “suertes” que componen a la charreada, evento en el que se despliega la habilidad de los practicantes del deporte y sin duda de la actividad que se sigue desempeñando en el campo mexicano.
Para finalizar la tertulia, nos adentramos en el símbolo de lo mexicano que surge durante el siglo XX; para ello se habló sobre La flor más bella del Ejido, dicertación a cargo de Leticia Ramírez, quien, aparte de realizar su tesis de licenciatura sobre este tema, fue ganadora del concurso en 2007. Dicho certamen, según afirmó la ponente, fue creado en 1936 por Lázaro Cárdenas como una forma de afirmar el nacionalismo en el entonces Distrito Federal, un evento que intentó recuperar la imagen femenina de la “campesina” mexicana, teniendo como sede original el pueblo de Iztacalco, y una vez que fue desecado el antiguo canal de La Viga, este festival fue trasladado definitivamente a Xochimilco. La ponente prometió hablar con más detalle del tema en una próxima tertulia.