En la búsqueda de libros antiguos, el autor de este artículo recurrió como una opción sensata a la consulta de bibliotecas familiares, cuyo acceso suscitó una serie de reflexiones alrededor de los dueños, de la colección bibliográfica misma y sus cualidades particulares.
Afirma el autor que son un lugar natural de búsqueda de posibles explicaciones de actividades y conductas familiares así como de refugio, distracción y aprendizaje, por lo que en conjunto reflejan a los creadores de las mismas, así como a las colecciones de padres y abuelos que se van anexando conforme pasa el tiempo.
