Los bibliotecarios de todos los tiempos, antes de Google, ciertamente recibían y contestaban numerosas preguntas específicas.
En los Estados Unidos, se conservan las fichas en donde se consignaron dichas interrogantes y en 1967 la Biblioteca Pública de Nueva York estableció una línea telefónica de atención a los usuarios, y a pesar de la existencia de este buscador digital, sigue recibiendo alrededor de 30,000 preguntas al año.